De hecho, hace años lo mío era tirarme de aviones.
Sí, literalmente. Fui paracaidista en la Legión.
No había embudos.
No había estrategia.
Había botas, barro, y gritos.
Pero luego la vida me cambió.
Y no por un curso de 2.000€, ni por ver un webinar de esos que duran 3 horas y al final te venden humo.
Me cambió el nacimiento de mi hija.
Decidí dejar todo lo que me ataba a una oficina (o a un cuartel), y montármelo por mi cuenta desde casa.
Quería estar con ella, verla crecer, no llegar a casa cuando ya está dormida.
Así que abrí el portátil, empecé a toquetear WordPress, a ver qué era eso de «los embudos», y a probar cosas.
Spoiler: al principio no vendía ni un chicle.
Fui aprendiendo a base de cagarla.
De invertir en cosas que no necesitaba.
De perder el tiempo diseñando páginas que parecían bonitas… pero no convertían ni a mi madre.
De mirar estadísticas vacías.
De sentir que estaba ocupado, pero no avanzaba.
Hasta que entendí lo esencial:
“Lo importante no es tener una web. Lo importante es tener un sistema que convierte visitas en ventas.”
Y ahí fue donde todo cambió.
Pasé de tener una web «bonita» a tener un embudo funcional.
Pasé de buscar clientes, a que ellos me buscaran a mí.
Y desde entonces, eso es lo que hago:
Ayudar a otros emprendedores a construir ese mismo sistema.
No necesitas ser diseñador.
Ni copywriter.
Ni tener 10 años de experiencia.
Solo necesitas tener claro:
Qué páginas debe tener tu embudo.
Qué decir en cada una.
Qué emails enviar y cuándo.
Y cómo hacer todo esto sin depender de nadie.
¿La buena noticia?
Eso es justo lo que te enseño gratis en mi clase.
Trabajo desde casa.
Veo crecer a mis hijos.
Juego al tenis con el pequeño.
Y discuto con la mayor porque dice que hablo mucho.
Tengo clientes que me escriben por WhatsApp, no para pedirme trabajo, sino para contarme que por fin están vendiendo.
Y eso… no tiene precio.
Ahora mi misión es que más emprendedores consigan lo mismo.
Que monten su sistema.
Que automatizen.
Que vendan sin tener que estar todo el día en redes o mendigando likes.
Y por eso, si todavía no lo has hecho…
Es gratis, va al grano y no necesitas saber nada raro.
Solo tener ganas de dejar de complicarte la vida.